Hell is not punishment,
it's training.
Shunryu Suzuki

15 may 2013

El 15M

Han pasado ya 2 años desde que, yo también en Sol, participé brevemente en la concentración inicial que dio principio al movimiento. Salté agitando las llaves de mi casa para pedir vivienda digna para todos. Me pareció una manifestación pintoresca. También pensé desde el principio que había demasiado idealismo juvenil y demasiada bisoñez. De todas maneras, esas asambleas eternas, que se prolongaban en la plaza hasta bien entrada la noche, tuvieron un papel educativo para mucha gente que quizás, hasta entonces, no tenía demasiada conciencia social. 

Yo les dejé el 15M a los jóvenes a los 10 minutos de declarada la revolución y me volví a mi rol de ciudadano de a pie. Y "el pueblo", que se había encaminado a la Puerta del Sol a hacer la revolución, también hizo contundente acto de presencia en los colegios electorales días después y dio al Partido Popular una victoria espectacular. Fue el pequeño jarro de agua fría con el que se bautizó al movimiento recién nacido.

En fin, ahora se sigue debatiendo sobre "el legado" del 15M. Se dicen muchas cosas que, no por parecer contradictorias, dejan de ser verdad simultáneamente. Por ejemplo:
- El 15M ha perdido fuerza al disolverse en diversas "mareas". Si se contempla con las lentes de que todo movimiento social ha de aspirar a convertirse en organización unificada y en partido político, entonces es verdad: no se ha llegado a formar un partido político.
- El 15M fue al principio un movimiento de gente de clase media (media-baja, y media-media) que nació cuando se empezó a ver que la crisis empezaba a escalar peldaños sociales. Poco después, especialmente en algunos de sus localizaciones emblemáticas (Sol) pareció ser secuestrado por movimientos de ultraizquierda. Algo de eso hubo, y de hecho estupideces como lo de "tomar el Congreso" pudieron en un principio asociarse. Sin embargo, creo que los grupos de ultraizquierda no han conseguido infiltrarse en el movimiento, aunque sí desprestigiarlo un poco, con la ayuda de la derecha mediática.
- Creo que el 15M sigue vivo en las asambleas de barrio, que siguen planteando problemas y concienciando a gente que de otro modo no habría sido escuchada en algunos de sus problemas. Y sigue vivo en las acciones contra los deshaucios, al igual que forma parte del combustible de la marea verde de la educación y la blanca de la sanidad.
- También creo que el 15M ha contribuido a crear una conciencia de desconfianza ante la manera convencional de hacer política. De este sentimiento están intentando hacerse eco los partidos consolidados: lo hacen de manera muy simbólica, aprovechándose de que no existen mensajes claros, y de que los intereses creados los hacen especialmente escleróticos. Pero las cosas pueden cambiar, y, aunque sólo sea por interés electoral, puede que, sobre todo el PSOE, IU y UPyD (estos últimos los que menos tienen que perder) incorporen más ideas nuevas en sus programas.

Hoy escuchaba a Jorge Verstrynge decir que, gracias al 15M, que ha sido una válvula de escape, se han evitado populismos y estallidos sociales, aunque de esto último aún no estamos salvados: todo depende de cómo evolucione la situación, de cómo se comporten los poderes públicos si hay más manifestaciones u otros actos, etc. Coincido con él. Puede que ese sea una de las razones por las que no se hayan producido en España manifestaciones como las de Grecia. Por no haber, ni siquiera se han visto espectáculos como el de París en la reciente celebración futbolística. ¿Otra razón será que los españoles somos gente de buen talante y de buen humor y después de la manifestación no pueden faltar unas cervezas en una terracita?

Como suele decir Miguel Ángel Aguilar: veremos.

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