Hell is not punishment,
it's training.
Shunryu Suzuki

26 nov 2011

Freedom

I have just finished Jonathan Franzen's latest stab at immortality. The story itself is one that has probably been told a million times over. However, it is the way in which it is told that carries all the weight here. Its love of minutiae, its uncompromising honesty and its detachment from expected conventions have won me over. The characters in Freedom are not likeable, but they appeal to every side of us readers, and just won't let go until the last page. And I found myself, quite literally, enthralled.

24 nov 2011

No mercy for the dead

I am watching A Thousand Years of Good Prayers, an independent film by Wayne Wang. The male lead is Mr Shi, a retiree visiting his daughter in the States. He meets an Iranian woman, who lost her daughter to the Iran-Iraq war. However, he tells her 'Look good side, you two son, you baby grandson, you grandmamma, you good, you good!'.

23 nov 2011

Responsabilidad invididual

Uno de los temas que a mí me interesan es el del grado de responsabilidad que tenemos como sociedad en la crisis, y también a nivel individual. Por supuesto que los banqueros casi adolescentes de Islandia (como denunciaba Björk últimamente), Lehman Brothers, etc, etc tienen mucha culpa (pongamos que casi toda). Pero, a nivel individual, a nadie nos ponían una pistola en el pecho para que nos empeñáramos hasta la camisa o que quemáramos la tarjeta de crédito con dinero que no teníamos. Y ese tipo de decisiones las hemos tomado como personas: y algunos, muchos, se dejaron engañar por el banquero de turno (porque la fuerza de sus ilusiones ayudaba a ponerles la venda en los ojos); mientras que otros, menos, no se dejaron engañar, hicieron las cuentas de matemática rudimentaria que requería el momento, y cerraron los oídos a los cantos de las sirenas financieras.

Ahora, por la codicia de unos, la estupidez de otros, y nuestra complacencia general, tenemos que pagar todos. Y, en consonancia con lo que dice Muñoz Molina, nos lo merecemos. Por otro lado, aunque parezca duro y una afirmación como esta esté clamando por alguna matización, lo diré: somos mucho más responsables por las cosas que nos pasan en la vida de lo que nos creemos. Por eso no estoy "indignado", porque si me indignara, lo tendría que hacer también contra la parte de mí mismo que cerraba los ojos a lo que estaba pasando. Pero no tengo nada en contra a que los puros de corazón, aquellos que están libre de pecado, tiren su piedra.